En España, los premios entregados en programas de televisión están sujetos a una retención inicial y a una posterior tributación en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). El importe final que retiene Hacienda varía según la cuantía del premio y el resto de ingresos del ganador, pudiendo alcanzar hasta cerca de la mitad en los casos más elevados.
Retención automática al recibir el premio
De forma automática, todos los premios en metálico que se entregan en televisión sufren una retención inicial del 19% en el momento del pago. Esta retención funciona como un ingreso a cuenta a favor de la Agencia Tributaria: la cadena de televisión o la productora que paga el premio se encarga de retener este porcentaje y transferirlo directamente a Hacienda en nombre del ganador, impidiendo así que el premiado reciba el importe íntegro mostrado públicamente en el concurso.
Por ejemplo, si una persona gana 10.000 euros en un concurso, automáticamente le entregarán solo 8.100 euros, pues 1.900 euros serán retenidos e ingresados en Hacienda en su nombre. Este sistema busca asegurar el cobro fiscal inmediato.
Tributación adicional en la declaración de la renta
Es importante comprender que la retención inicial no agota las obligaciones fiscales del ganador. El premio se califica como ganancia patrimonial —no vinculada a una transmisión de elementos patrimoniales— y debe integrarse en la base imponible general del IRPF junto con el resto de ingresos que perciba la persona durante el año (salarios, pensiones, alquileres, etc.).
El IRPF es un impuesto progresivo; los tipos impositivos suben conforme aumenta la cuantía total de los ingresos. Por esta razón, los grandes premios de televisión, especialmente aquellos que superan los cientos de miles de euros, terminan tributando a los tramos más altos del impuesto, que pueden llegar hasta el 43-47% en función de la suma total de rentas y la comunidad autónoma de residencia del ganador.
Obligaciones y ejemplos prácticos
La empresa que entrega el premio aplica la retención del 19% automáticamente, pero el ganador debe recalcular su tributación al hacer la declaración de la renta. En esa liquidación, se determinará cuánta cantidad adicional debe abonar según su situación personal.
Por ejemplo, si un concursante gana dos millones de euros:
En premios superiores a 3.000 euros, la retención puede llegar al 20% dependiendo del caso, pero la mecánica general habitual es la descrita para la mayoría de concursos y televisiones nacionales.
Consideraciones adicionales y tributación por Comunidades Autónomas
Las tablas del IRPF se actualizan periódicamente y pueden variar en función de la comunidad autónoma, ya que algunas aplican tipos ligeramente distintos para la parte autonómica del impuesto. Esto provoca que el porcentaje total a pagar por un mismo premio pueda cambiar según el lugar de residencia del agraciado.
Además, hay que tener en cuenta varias cuestiones específicas:
Finalmente, los premios en dinero, tanto televisivos como de otros sorteos o rifas (no relacionados con loterías estatales), siguen este régimen fiscal general y no suelen gozar de ningún tipo de exención especial. La referencia a la Agencia Tributaria es esencial, ya que es la encargada de la recaudación y supervisión de estos impuestos.
En resumen, el dinero que retiene Hacienda por los premios televisivos puede situarse entre el 19% y el 47% del total, dependiendo de la cuantía del premio y de la situación tributaria del ganador. Es fundamental estar informado y declarar correctamente estos ingresos para evitar sanciones o recargos posteriores.